Habia pasado ya una semana y no me habia vuelto a aparecer por esa cabaña. Tampoco le habia dicho a mi madre sobre la asesina de Edmundo, y ahora la daga se encontraba semi olvidada en el fondo de mi cajon. Habia cumplido mi palabra de no volver a ver a... a Leonor. Pero seguia soñando con ella cada noche, y cada noche los sueños eran más inquietantes y no podía saber si eran reales o no. Era muy vívidos...
"- Me olvidaste Alexander... Me olvidaste como quién olvida un mal momento.- me decía ella, vestida con un imponente vestido rojo y negro. Sostenía la daga en sus manos y estaba frente al ataúd de mi hermano. La tapa de este estaba abierta y yo veía su cadáver. Tenía miedo. Su rostro no era el que antes había visto. Era sombrío y aterrador. Daba miedo... más que eso. Causaba pánico. Quería correr, pero no podía moverme.
- No quisiste saber nada más de mí y te fuiste. Me diste la espalda. Aun te amo y serás mío Alexander.- Entonces, su rostro se suavizaba y me volvía a hablar con su suave voz. Me calmaba un poco.- Ven Alexander mío. Vuelve a mí y estemo juntos para siempre.
En ese momento, mi hermano difunto abría los ojos y gritaba. Se incorporaba a duras penas de su lecho mortuorio.
- No! No la escuches hermano! A mi me dijo cosas hermosas antes de asesinarme, las mismas cosas que te dice a tí. Pero tu tienes que ser más listo y no escucharla. No la oigas! Corre y alejate de ese mounstro! De este demonio! Corre! No es lo que parece! Ella, es una...- Nunca alcanzaba a terminar de advertire. Ni decirme todo lo que quería decir, pues Leonor volvia en un segundo a ser la sombría y aterradora mujer de frías facciones, y le atravesaba el corazón con la daga que tenía. En ese momento yo corría, me alejaba de ese lugar. Atravesaba el bosque corriendo, y llegaba a la cabaña. Entraba y allí estaba la Fría Leonor.
- Huías de mi? - decíame con sarcasmo. Reía.- No puedes. Te dije que serías mío para toda la eternidad. Y eso harás. Aunque sea por la fuerza.- Entonces, veía un cegador destello de no se que cosa...."
Sacudí mi cabeza en un intento de alejar ese mal recuerdo. Tenia que parar de pensar en ella. Era una asesina, una homicida. Me aleje de la ventana, me acerque a mi escritorio y abri un cajón. Allí estaba la daga, se veía inocente como un caramelo. La tome y la examine, brillaba como la luna llena, excepto porque un se distinguian algunas manchas de sangre. Con desprecio la tire de nuevo al cajón.
- Maldicion! Leonor deja de atormentarme! - dije furioso en voz alta.
- Por que tendria que hacer eso?- dijo una voz a mis espaldas. Quede de una pieza, petrificado en el mismo lugar donde habia quedado. No era posible...
- No quieres creer que este en tu cuarto Alexander?
Me voltee lentamente... atras no habia nada. Suspire aliviado.
- Debe haber sido ilusion mia...- susurré.
- No lo fue Alexander.
Me voltee nuevamente, y alli estaba Leonor. Sentada en el marco de la ventana, mirandome fijamente con sus ojos azul cielo extraordinariamente frios. Y con la daga en una mano.
- Leonor...- Dije estupefacto, me repuse de inmediato.- Como llegaste aqui? Vienes a matar a toda mi familia ahora?
- Solo una persona mas morira esta noche.- dijo mirando la daga. Volvi a quedar helado.
- Que quieres de mi?- le pregunte cortante.
- Vine a que cumplas la promesa que hace tiempo me hiciste.... Que estarias conmigo por toda la eternidad.- me miro fijamente.- Y la unica forma que tengo... Eesta...- Sujeto la daga con mas fuerza.
- Que vas a hacerme?- dije con miedo.
- Tenerte a mi lado por siempre...
De un moento a otro desaparecio de la ventana y reaparecio atras mio.
- No dolerá por mucho...- me dijo, y clavo unos terribles colmillos en mi cuello. Al principio no senti mucho, pero luego un ardor surgio del punto donde me habia mordido. Trate de gritar pero la voz no me salia de la garganta. Sentia como me quitaban la sangre del cuerpo, y como algo corrosivo inundaba mis venas. Mire sus ojos celestes, que ardian con pasión al beber mi sangre. No podia creerlo...
- Aceptalo! Soy una vampiresa!- me grito.- Y ahora tienes mi veneno en tu sangre... Pero eso no bastaría para tu conversion... sabías eso? No... Claro que no...- Su voz era... maligna.- Estas vivo... Y un vampiro no puede estar vivo. Debes morir para que tu conversion se culmine.- Sujeto la daga a la luz de la Luna, la examino, y luego me miro a mí, paralizado como estaba, por la ponzoña y el pánico.- Dulces sueños.... Mañana despertaras en una vida... existencia mejor dicho, mucho mejor que la que acostumbras a llevar.
No vi el arma. Sólo vislumbre un destello plateado y luego, de inmediato, una punzada de dolor en el pecho. Mi cara se contrajo en una mueca de agonía. Sentía mi vida escaparse, mi alma irse de mi cuerpo. Pero algo me mantenia atado a este mundo. No dejaba que me fuera en brazos de la muerte. No podia mantener los ojos abiertos.
- Duerme Alexander... Amor mio. Que mañana serás otro, y podrás quedarte a mi lado. Por siempre.- Puso ella sus dedos sobre mis párpados y cerró mis ojos. Me sumergí en un sopor desconocido para mí, pero a ciencia cierta sabía que al despertar... Sería un monstruo.
Off.
Que tal??? Jejejeje.... me gusto este cap n.n
Comenten por favor... que les pareció., como lo encontraron, que le falta, algun error, desface... todo n.n
Gracias por leer mi blog.
Lycaon Coudray.-
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Hace 13 años