sábado, 18 de julio de 2009

Pasos de Baile (Parte Cinco)

Habia pasado ya una semana y no me habia vuelto a aparecer por esa cabaña. Tampoco le habia dicho a mi madre sobre la asesina de Edmundo, y ahora la daga se encontraba semi olvidada en el fondo de mi cajon. Habia cumplido mi palabra de no volver a ver a... a Leonor. Pero seguia soñando con ella cada noche, y cada noche los sueños eran más inquietantes y no podía saber si eran reales o no. Era muy vívidos...
"- Me olvidaste Alexander... Me olvidaste como quién olvida un mal momento.- me decía ella, vestida con un imponente vestido rojo y negro. Sostenía la daga en sus manos y estaba frente al ataúd de mi hermano. La tapa de este estaba abierta y yo veía su cadáver. Tenía miedo. Su rostro no era el que antes había visto. Era sombrío y aterrador. Daba miedo... más que eso. Causaba pánico. Quería correr, pero no podía moverme.
- No quisiste saber nada más de mí y te fuiste. Me diste la espalda. Aun te amo y serás mío Alexander.- Entonces, su rostro se suavizaba y me volvía a hablar con su suave voz. Me calmaba un poco.- Ven Alexander mío. Vuelve a mí y estemo juntos para siempre.
En ese momento, mi hermano difunto abría los ojos y gritaba. Se incorporaba a duras penas de su lecho mortuorio.
- No! No la escuches hermano! A mi me dijo cosas hermosas antes de asesinarme, las mismas cosas que te dice a tí. Pero tu tienes que ser más listo y no escucharla. No la oigas! Corre y alejate de ese mounstro! De este demonio! Corre! No es lo que parece! Ella, es una...- Nunca alcanzaba a terminar de advertire. Ni decirme todo lo que quería decir, pues Leonor volvia en un segundo a ser la sombría y aterradora mujer de frías facciones, y le atravesaba el corazón con la daga que tenía. En ese momento yo corría, me alejaba de ese lugar. Atravesaba el bosque corriendo, y llegaba a la cabaña. Entraba y allí estaba la Fría Leonor.
- Huías de mi? - decíame con sarcasmo. Reía.- No puedes. Te dije que serías mío para toda la eternidad. Y eso harás. Aunque sea por la fuerza.- Entonces, veía un cegador destello de no se que cosa...."
Sacudí mi cabeza en un intento de alejar ese mal recuerdo. Tenia que parar de pensar en ella. Era una asesina, una homicida. Me aleje de la ventana, me acerque a mi escritorio y abri un cajón. Allí estaba la daga, se veía inocente como un caramelo. La tome y la examine, brillaba como la luna llena, excepto porque un se distinguian algunas manchas de sangre. Con desprecio la tire de nuevo al cajón.
- Maldicion! Leonor deja de atormentarme! - dije furioso en voz alta.
- Por que tendria que hacer eso?- dijo una voz a mis espaldas. Quede de una pieza, petrificado en el mismo lugar donde habia quedado. No era posible...
- No quieres creer que este en tu cuarto Alexander?
Me voltee lentamente... atras no habia nada. Suspire aliviado.
- Debe haber sido ilusion mia...- susurré.
- No lo fue Alexander.
Me voltee nuevamente, y alli estaba Leonor. Sentada en el marco de la ventana, mirandome fijamente con sus ojos azul cielo extraordinariamente frios. Y con la daga en una mano.
- Leonor...- Dije estupefacto, me repuse de inmediato.- Como llegaste aqui? Vienes a matar a toda mi familia ahora?
- Solo una persona mas morira esta noche.- dijo mirando la daga. Volvi a quedar helado.
- Que quieres de mi?- le pregunte cortante.
- Vine a que cumplas la promesa que hace tiempo me hiciste.... Que estarias conmigo por toda la eternidad.- me miro fijamente.- Y la unica forma que tengo... Eesta...- Sujeto la daga con mas fuerza.
- Que vas a hacerme?- dije con miedo.
- Tenerte a mi lado por siempre...
De un moento a otro desaparecio de la ventana y reaparecio atras mio.
- No dolerá por mucho...- me dijo, y clavo unos terribles colmillos en mi cuello. Al principio no senti mucho, pero luego un ardor surgio del punto donde me habia mordido. Trate de gritar pero la voz no me salia de la garganta. Sentia como me quitaban la sangre del cuerpo, y como algo corrosivo inundaba mis venas. Mire sus ojos celestes, que ardian con pasión al beber mi sangre. No podia creerlo...
- Aceptalo! Soy una vampiresa!- me grito.- Y ahora tienes mi veneno en tu sangre... Pero eso no bastaría para tu conversion... sabías eso? No... Claro que no...- Su voz era... maligna.- Estas vivo... Y un vampiro no puede estar vivo. Debes morir para que tu conversion se culmine.- Sujeto la daga a la luz de la Luna, la examino, y luego me miro a mí, paralizado como estaba, por la ponzoña y el pánico.- Dulces sueños.... Mañana despertaras en una vida... existencia mejor dicho, mucho mejor que la que acostumbras a llevar.
No vi el arma. Sólo vislumbre un destello plateado y luego, de inmediato, una punzada de dolor en el pecho. Mi cara se contrajo en una mueca de agonía. Sentía mi vida escaparse, mi alma irse de mi cuerpo. Pero algo me mantenia atado a este mundo. No dejaba que me fuera en brazos de la muerte. No podia mantener los ojos abiertos.
- Duerme Alexander... Amor mio. Que mañana serás otro, y podrás quedarte a mi lado. Por siempre.- Puso ella sus dedos sobre mis párpados y cerró mis ojos. Me sumergí en un sopor desconocido para mí, pero a ciencia cierta sabía que al despertar... Sería un monstruo.


Off.

Que tal??? Jejejeje.... me gusto este cap n.n
Comenten por favor... que les pareció., como lo encontraron, que le falta, algun error, desface... todo n.n
Gracias por leer mi blog.

Lycaon Coudray.-

martes, 14 de julio de 2009

Pasos de Baile (Parte Cuatro)

"Aun recuerdo como los seis hombres llevaban el negro ataúd de mi hermano menor.... Mi madre y mi tía sollozaban y se abrazaban. Yo iba silencioso atrás. No podía llorar. Estaba triste, destrozado. Habia muerto mi hermano. Había sido asesinado. No se habia podido encontrar al homicida. Lo peor era que yo tenía una vaga idea de quién era... Pero eso no podía ser posible. Sencillamente no podía ser...."

No quería seguirle dando vueltas al asunto.
Estaba en mi habitacion mirando el techo. Mi madre estaba sumergida en la tristeza y en el alcohol, no había podido soportar esa pérdida. Ahora cantaba en su habitación, bebiendo por momentos, llorando por otros. No podia soportarlo, me deslice por mi ventana y fui hacia el bosque. En dirección a una cabaña que ya era mi segundo hogar. El camino me lo sabía de memoria, asi que camine mirando al cielo, pensando en lo que me había dicho la misma noche que Edmundo habia muerto. Cerré los ojos y me puse a recordar:

"- Mi amor... ahora estaremos tranquilos. Nadie nos delatará y podremos seguir nuestra relación en paz.- me susurró y se acurrucó en mi pecho. Me sobresalté al oir esas palabras sonar tan natural.
- Mi hermano fue asesinado Leonny...- le dije aun shockeado.- Con...
- Con una daga...- completó ella. La mire de par en par.
- Bueno... Sí... No sabía lo rápido que se difunden las noticias.- Afirmé. Ella me sonrió y me besó. Leonor no parecía afectada por la muerte de mi hermano. Mas bien parecía aliviada por el hecho. Pero no podía ser... Debían ser imaginaciones mías. Empecé a cerrar los ojos y a caer en la inconciencia. Mi novia me arrullaba, cantando una canción de cuna. Cada vez me acrcaba más al dulce Reino de los Sueños. Pero la dulce melodía se convirtió en una frase que no pude reconocer... pero sonaba mas o menos asi:
"- Duerme mi vida, igual que te hermano, Que ahora descansa junto a todos los demas que intervinieron en mi existencia...."- Eso era imposible.... Debe ser una pesadilla. Entre mis párpados vi su rostro dulce y sonriente, jugueteando con mis cabellos, entonando esa melodía que no supe si fue real o product de mi afectada imaginación...."

Llegué a la dulce cabaña y abrí la puerta. Estaba vacía. De seguro Leonor llegaría dentro de poco. Fui al salón del piano y me senté a tocar. Pero algo no andaba bien. El sonido del piano estaba algo distorsionado.
- Piano de mierda... Esperas el peor momento y te desafinas...- Dije al aire, molesto. Abrí la tapa del piano y busqué entre las cuerdas. Las afiné nuevamente y me sente a tocar. En medio de la melodia, una cuerda sonaba bastante mal, como si ahogara su sonido. ¿Habría algo dentro del piano? Me puse de pie y volví a abrir la tapa. Busqué la cuerda destemplada y la examine. Oculta cerca de la base de esta, habia un paquete envuelto en terciopelo rojo. Lo tome extrañado. Lo examiné. Era muy pesado, como algo metálico. Desevonlví el pañuelo que lo cubría y me quede de piedra al ver lo que ahora tenía en mis manos. Una daga con elegante empuñadura escarlata y con la delicada y brillante hoja manchada de sangre. Una daga que estaba seguro haberla visto anteriormente.... Clavada en el pecho de un chico. Quedé atonito... ¿Cómo había llegado eso hasta allí? ¿Era posible que fuese la misma daga que vi ese dia?
Escuche abrirse la puerta, y oí unos pasos que entraban en la cabaña y se dirigían al salón del piano. Mire haci la puerta y vi a Leonor con una sonrisa en sus rojos labios, pero esta se transformaba en una mueca de horror al ver lo que sostenía en mis manos.
- Alexander...- susurró y se acercó a mi con la cabeza gacha.
- Leonor... Leonny... Mi amada Leonny... Es...? Es...? Es esta daga la misma que dio muerte a mi hermano?- No podía articular palabras. Ella tenía la mirada fija en el suelo y temblaba ligeramente.
- Alex... No quería que nadie nos separara. No podría estar lejos de ti Mi Amor. Aunque eso significara dar muerte a quien tratara de separarnos.- Alzó la vista. Unas gruesas lágrimas caían por sus pálidas mejillas.- Yo también te prometí estar junto a tí, no importaba el precio.
La miré allí de pie. Sollozando. Confesando haber sido ella quién había matado a mi hermano. A un hermano que amenazaba mi relación con ella. No sabía que decir. No sabía que hacer. Su boca buscó mi labios, pero yo volteé el rostro.
- Leonor... Tú... Tú...- No sabia que palabras emplear. No sabía como me sentía. ¿Aún la amaba?¿Podía amarla después de lo que me dijo?- Leonor. No me busques más.... No quiero volver a verte jamás en mi vida. No quiero volver a oír tu voz ni quiero escuchar tu nombre. No quiero tener nada que ver con la asesina de mi hermano. Con la persona que causó el sufrimiento de mi madre. Adiós y que sea un Para Siempre.- le dije fríamente a ese rostro que estaba a centímetros de mi. Me encaminé hacia la puerta.
- Dijiste que me amabas!!! Me prometiste tu amor!!!!! DIJISTE QUE NO ME ABANDONARÍAS! ALEXANDER!- Sollozó ella cayendo de rodillas, con el puñal en la mano.-SI PUDIERA SUICIDARME CON ESTA DAGA TEN POR SEGURO QUE LO HARÍA ALEX! TEN POR SEGURO QUE DETENDRIA EL ANDAR DE MI CORAZON!- Hundió su cabeza en sus rodillas y se estremecio por el llanto. Sali de esa habitacion y de la cabaña. No quería volver a esa estancia jamás. caminé a paso rápido. Aun oía sus gritos llamandome, pidiendome que volviera. Pero eso era algo que ya no volvería a hacer. Llegue a mi casa y me trepe hasta mi cuarto, cerré la ventana con fuerza. Un vidrio cayó hecho añicos al suelo, no me importo. Me tire en mi cama y miré al techo. No quería pensar. Entre confusos pensamientos me dormi.
Entre sueños vi a Leonor. Ella entro a mi cuarto por la ventana, se sento a mi lado, dejo el puñal en mi mesa de noche y me canto un arrullo para dormir. Acarició mis mejillas, plantó un gélido beso en mis labios y derramó una hermosa lágrima en mi almohada...
A la mañana siguiente desperté y me incorporé. Su aroma flotaba en el aire. Mire mi mesita de noche y allí estaba la daga y una corta nota, escrita con sangre en su caligrafia.
"Perdóname...."
La nota estaba sellada con un beso....


Off.
Quedo la embarrada.... n.n
Espero que les guste.
Aguardo sus comentarios!

Lycaon.-